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"SOMOS GENERADORES DE TRABAJO, NO MANO DE OBRA CALIFICADA."


120609 Marianela

Así se despachó la Ingeniera Civil Marianela González en un largo y tendido análisis de la profesión en la cual se desenvuelve desde el 2002. También ofreció su punto de vista sobre la importancia de la mujer en el sector y los programas de incentivos en la secundaria.

Que la mujer tomó un rol preponderante en la sociedad, no es nada nuevo. En cualquier ámbito. Por qué no iba a pasar lo mismo en la Ingeniería. Y Marianela González es un caso a seguir. Con 38 años, especialista en el ámbito Civil, se ocupó de forjar su propio destino y revalorizar su género, incluso frente a los trabajadores que siempre tuvieron un hombre como principal figura, por ejemplo, en una obra.

Graduada el 2002, analizó el presente de su profesión, los puntos a mejorar y corregir, como también de la función que cumple en la Lista 1, la que buscará ganar las elecciones en el Colegio de Ingenieros Distrito II, con Eduardo Aquindo a la cabeza. Ella será vocal suplente y apuntará a, entre otras cosas, presentar propuestas para la mejora de la ciudad y fomentar la matriculación de quienes se hayan recibido.

“Creo que las mujeres tenemos algo positivo en la Ingeniería, porque además de todo lo técnico científico que podemos aportar, brindamos una visión más sensible de las cosas”, fueron sus primeras palabras de una charla larga y distendida, que recorrió distintos puntos de la profesión que lleva adelante.

Nunca sintió alguna diferencia por su sexo, al contrario. Se ganó el respeto de los obreros, de los pares y de quienes tienen muchos más años de experiencia. “Desde los 18 años que vengo en el tema de la construcción, tengo muy buen manejo en el ámbito laboral, algo que también tenía mientras estudiaba. No sé si será por mi forma de ser o qué, pero siempre me desenvolví en un buen ambiente”, esbozó con una sonrisa. Consideración que ganó porque hizo valer sus normas sin necesidad de imponer nada, siempre viendo la parte humana.

Con 38 años, la mayor de 6 hermanos, además de un hijo de 14, resaltó que le hecho de irse a vivir a Buenos Aires, ya que en Mar del Plata no está esta carrera, conllevó un cambio importante en su persona. Por el simple hecho de vivir lejos de su familia y comenzar una vida nueva. “A mí me costó irme, eso que tenía 20 años, porque antes había hecho dos años básicos en Ingeniería Mecánica. Luego pegué el salto, eso que ya tenía otra maduración”, admitió.

Desde otro ángulo, se largó a analizar la Ingeniería Civil de la ciudad. “Yo trabajo en el sector privado, tengo mi empresa constructora, donde combinamos la capacidad técnica con la económica, donde asesoramos a los inversores que quieren innovar en la construcción. Pero hay mucho por hacer y ahí está el compromiso: devolver a la sociedad en obras públicas. Ahí se necesitan muchos ingenieros, pero en Mar del Plata hay muy pocos”, tiró a modo de inicio del tema quien viene de una familia de constructores: “Mi hermana siguió arquitectura y mi padre no se recibió de Ingeniero, pero hizo gran parte de la carrera. De chica mamé esta profesión”.

Problemática que surge por la necesidad de sumar nuevos alumnos a las universidades, no sólo en este sector. “Tenemos que incentivar la carrera”, enfatizó sin vueltas, para luego acotar que “hubo un gran avance de ingresos el año pasado, pero en Civil es más complicado porque no está en la ciudad. Por ejemplo, alguien que quiera estudiar algo relacionado con la construcción, donde tienen todas las condiciones, deciden quedarse en la ciudad y optar por Arquitectura”.

Ahí vio el momento justo para desmitificar esta carrera, tildada de “complicada”, para soslayar que “la ingeniería es como un taboo y parece que le tuvieran miedo. Cuando en todas las cosas hay un ingeniero. Por eso yo quiero trabajar en la comunicación, humanizar la carrera, pero primero tiene que salir de nosotros mismos. Salimos muy bien formados, pero nos cuesta en la calle. Ya que todo está abocado para que nosotros no podamos fallar, donde todo debe ser exacto, debemos sumar otra visión más a la fórmula para que seamos emprendedores. Saber qué necesidades tenemos, qué generamos”.

En esa tónica, no dudó en explicar que “el ingeniero, en principio, tiene una capacidad de gestionar que nosotros mismos no lo sabemos. Tenemos que despertarlo durante el proceso de aprendizaje. Porque nosotros somos generadores de trabajo, no mano de obra calificada. Esa es una problemática que se da en muchos casos. Para revertirlo tenemos que trabajarlo desde el principio, de una convicción propia”.

La decisión de entrar en la Lista 1:

Consultada por qué decidió unirse a la Lista 1, la que encabeza Eduardo Aquindo, contestó que “lo mío empezó intuitivamente, porque comencé a colaborar el año pasado con la convicción de que a los ingenieros hay que formarlos durante el aprendizaje y tratar de sumarles la visión social, de qué es lo que necesita la sociedad. Que es la que por ahí es nuestra falencia. Nosotros sabemos lo que hace falta resolver, pero lo pensamos desde el punto de vista técnico. Llegado el momento de encontrar algún trabajo, se nos complica. Sabiendo lo que necesita la sociedad, nosotros tenemos que salir como ingenieros emprendedores”.

Para luego anexar cuáles son sus metas y objetivos de cara al futuro: “Sumar más inscripciones, que el ingeniero sume el ingrediente de la humanización y que salgamos como generadores de trabajo. Eso es importantísimo para nosotros y el país. Queremos que los chicos se matriculen, eso que lo dice alguien que lo hizo seis años luego de graduarse. En mi caso, como maestra mayor de obras se me habilitaba podía trabajar. Pero cuando lo hice, en menos de 60 días me empezaron a llamar de una manera constante”.

www.elretratodehoy.com.ar - 090612